En 2023, 249 personas perdieron la vida en España a causa de incendios, la cifra más alta de la última década. Ocho de cada diez fallecieron en su vivienda y, en más del 70% de los casos, no había un detector instalado. Con la llegada del frío, los incendios domésticos y empresariales se multiplican por fallos eléctricos, calefactores o chimeneas. En este contexto, la detección temprana del humo se convierte en una herramienta clave para salvar vidas