Muchos líderes todavía sienten que la tecnología, especialmente la IA, puede sustituir su experiencia o incluso hacerlos prescindibles. Esta percepción alimenta una brecha de conocimientos con los perfiles medios o juniors, que genera una desconexión y ralentiza la adopción efectiva de la IA, impidiendo diseñar políticas y flujos de trabajo alineados con las nuevas capacidades del mercado