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Según The Valley, la capacitación interna se posiciona como un factor crítico para que las pequeñas y medianas empresas no se queden atrás en la adopción de tecnologías que ya están transformando los mercados. Según el Observatorio Nacional de Tecnología y Sociedad (ONTSI), solo el 9,6 % de las empresas españolas de más de 10 empleados utiliza inteligencia artificial, una cifra que cae hasta el 5,8 % en microempresas, reflejando la brecha tecnológica existente

La velocidad con la que cambian los modelos de negocio, las herramientas digitales y las expectativas del cliente está exigiendo a las pequeñas y medianas empresas una capacidad de adaptación sin precedentes. Para muchas, el principal freno no es tecnológico, sino humano: la falta de formación continua en los equipos. En este contexto, el desarrollo de competencias se posiciona como un factor estratégico para asegurar la competitividad, la eficiencia y el crecimiento a largo plazo.

La transformación digital, la automatización de procesos y las nuevas herramientas de inteligencia artificial están transformando de forma continua el modo en que operan las empresas. Las PYMES suponen el 99,81 % del tejido empresarial en España, según el informe Cifras PyME del Ministerio de Industria, Comercio y Turismo, por lo que afrontan ahora un desafío para renovarse. Sin embargo, muchas de ellas siguen sin integrar la formación en su estrategia de negocio, lo que compromete su capacidad para adaptarse a tiempo y con eficacia. De hecho, según el Observatorio Nacional de Tecnología y Sociedad (ONTSI), dependiente del Ministerio para la Transformación Digital y de la Función Pública, solo el 9,6 % de las empresas españolas de más de 10 empleados utiliza actualmente inteligencia artificial, y en el caso de las microempresas esta cifra cae al 5,8 %. Esta baja adopción evidencia una brecha digital real que solo podrá superarse si las pequeñas y medianas empresas apuestan firmemente por la capacitación de sus equipos como herramienta estratégica para avanzar, competir y crecer en un mercado cada vez más tecnológico.

"Las PYMES que entienden la formación como una inversión, y no como un gasto, están construyendo las bases para un crecimiento sólido, sostenible y alineado con los cambios que ya están marcando el presente. En un entorno en el que la tecnología evoluciona más rápido que nunca, solo aquellas organizaciones que impulsen activamente el desarrollo de sus equipos podrán adaptarse con agilidad, incorporar la innovación a su ADN y tomar decisiones estratégicas desde el conocimiento. La diferencia entre avanzar o quedarse atrás no está en el tamaño de la empresa, sino en la visión de sus líderes", asegura Juan Luis Moreno, Partner & Managing Director de The Valley.

Invertir en el desarrollo continuo de los profesionales no solo es una herramienta para cerrar brechas de conocimiento, sino una palanca clave para transformar la organización desde dentro. Estas son algunas de las ventajas más significativas:

Impulsa la productividad para acelerar resultados: Equipara a tus equipos con nuevas habilidades y herramientas no es un gasto, es acelerar resultados. Cuando los profesionales dominan las últimas metodologías, trabajan de forma más ágil y cometen menos errores, lo que reduce tiempos muertos y mejora la eficiencia operativa. Esto se traduce en procesos optimizados que elevan la productividad y permiten que la empresa dedique más recursos a crecer y a innovar, marcando una diferencia competitiva palpable desde el primer momento. Lifelong learning, el imán para las soluciones creativas: El talento bien formado se convierte en un imán para las ideas frescas y las soluciones creativas que hacen la diferencia. La formación continua hace que la innovación deje de ser un concepto abstracto o lejano para convertirse en el motor diario que impulsa cada proyecto, producto o servicio. Así, una empresa puede adaptarse antes que la competencia y responder con propuestas únicas y disruptivas, generando un impacto real en el mercado. Fideliza y atrae a talento top sin esfuerzo: Invertir en la formación es una señal clara de que la empresa valora a su gente y apuesta por su desarrollo profesional. Esto aumenta la motivación, mejora la satisfacción laboral y reduce la rotación de empleados clave. Además, crea una marca empleadora atractiva, que seduce a profesionales con talento y ambición, que buscan organizaciones dinámicas y con visión, dispuestas a acompañar su crecimiento. Toma decisiones con rapidez, visión y confianza: Un equipo que entiende el entorno digital, tecnológico y económico está mejor preparado para anticipar tendencias y detectar oportunidades antes que nadie. Esto se traduce en decisiones estratégicas rápidas, más inteligentes, alineadas con los objetivos del negocio y que garantizan un crecimiento sostenible. En un mundo en constante cambio, esta capacidad de adaptación y previsión es vital para mantener la relevancia y la competitividad a largo plazo.