Un corte de luz o una incidencia en la red puede ser mucho más que un inconveniente puntual. Cuando las interrupciones del suministro eléctrico se prolongan o se repiten con frecuencia, las consecuencias pueden ser graves: desde pérdidas económicas, hasta daños en electrodomésticos o complicaciones personales. Por suerte, hoy existen soluciones tecnológicas que permiten reducir al mínimo estos riesgos