En verano, la factura de la luz se puede incrementar hasta un 30% por el uso del aire acondicionado. Esto puede suponer hasta 400 euros más anuales en un piso mediano. El aislamiento de puertas y ventanas, la temperatura del termostato y el tipo de aparatos son algunos de los elementos que ayudarán en un consumo moderado de electricidad. El aire acondicionado en un coche también puede provocar un gasto adicional, con un aumento del combustible de entre el 5% y el 20%