Realizar varias tareas a la vez disminuye la atención prestada, empeorando la calidad del trabajo y afectando a la salud del propio empleado. Los cambios repentinos y repetitivos de actividades pueden favorecer la motivación del equipo, pero también la aparición de cansancio y agotamiento mental, estrés, ansiedad o frustración. Según el estudio anual "Cigna Well-Being 360", un 22,6% de la población española afirma no poder concentrarse en las tareas realizadas como consecuencia del estrés y la ansiedad