Tal y como apunta Sto, más allá de cuestiones básicas como la seguridad estructural de un inmueble, o contar con una superficie y estancias mínimas, hay otros muchos aspectos que condicionan que un hogar sea considerado como saludable. Algunos de ellos: mantener una temperatura adecuada, apostar por materiales de construcción libres de toxicidad, escoger textiles y superficies naturales, cuidar la calidad del aire o la limpieza constante