El aire del interior de los edificios, si no dispone de la ventilación y renovación adecuada, puede ser perjudicial para la salud de las personas que lo respiran. Sequedad de garganta, irritación de los ojos, dolor de cabeza o tos son algunos de los síntomas que produce el Síndrome del Edificio Enfermo. Rentokil Initial enseña a identificar si una oficina padece el Síndrome del Edificio Enfermo con estas claves