Empresarialmente hablando, “una empresa zombie” es aquélla que su actividad empresarial se encuentra en un momento de declive importante (ya sea por un descenso de clientes, problemas financieros, etc), pero no tiene liquidez suficiente para cerrar y abordar las obligaciones que ello conlleva (pago a proveedores, finiquitos a los empleados, obligaciones administrativas, etc).