Según World Animal Protection, las granjas industriales suministran a sus animales, de forma rutinaria, los mismos antibióticos que se han utilizado para tratar al 100% de los pacientes con COVID-19 en estado crítico durante la etapa inicial de la pandemia[1],[2], por lo que el aumento de las superbacterias en granjas industriales representa un peligro real y actual para la salud pública mundial