Durante años, las entidades bancarias en España han emitido a sus clientes millones de tarjetas revolving. Las tarjetas revolving conceden a los usuarios créditos flexibles para sus compras. Pero en muchos casos, traen consigo intereses abusivos, que superan de forma notable el interés de los créditos al consumo habituales, llegando a alcanzar intereses entorno al 25%. Estos han sido declarados ilegales y por lo tanto se pueden reclamar