Las palomas generan suciedad, bacterias, corrosión y erosión de la piedra, obstrucción de canalones, propagación de enfermedades y la aparición de otras plagas de insectos.
La Comisión de Medio Ambiente del Grupo de Ciudades Patrimonio de la Humanidad asegura que desde que se puso en marcha el servicio específico de control de palomas, han sido capturados 35.000 ejemplares.