Cuando la administración construye un edificio comienza la licitación con un concurso abierto para contratar los servicios de arquitectura, con unos honorarios propuestos, a partir de los cuáles, el jurado valorará hasta un 49% del total de la puntuación a la baja. El COACM considera que la responsabilidad social, a futuro, de los administradores (técnicos o políticos), no puede caer en el regateo de lo que supone un buen proyecto para la consecución de un buen edificio