Tras un tiempo donde el reloj y los dispositivos móviles pasaban a un segundo o tercer plano, la vuelta al trabajo supone el fin de las vacaciones y la vuelta a la rutina. Eso sí, con las pilas cargadas para afrontar el último cuatrimestre del año. La vuelta al trabajo para muchas personas puede suponer entrar en un estado depresivo que comúnmente es conocido cómo síndrome postvacacional