Creo que no es nostalgia, cuando pienso en la cantidad de productos, que en mi época infantil, duraban y duraban y que hoy en día, trascurridos años y por lo menos un par de generaciones, lejos de mejorar y alargar su durabilidad, han pasado a ser productos con un envoltorio y una presentación mucho más atractiva, pero muy perecederos, con los días contados y fecha de caducidad desde el momento de su adquisición. Ocurre en multitud de áreas y precisamente de la alimentación, como la electrónica, la limpiez