El verano es una época de cambio de hábitos, especialmente en la población adolescente e infantil: rutinas relajadas, más incremento de la comida calórica y el peso o las alteraciones del sueño son algunas de las consecuencias que la época estival deja entre los más jóvenes. La clave para volver con motivación y energía es marcar una rutina física, nutricional y de descanso