El 73% asegura que su estrés se ha visto incrementado a raíz de la preocupación por la crisis económica, la situación sanitaria, el trabajo o la familia. Un 20,34% consume antiinflamatorios y un 20% analgésicos por prescripción. Cinco de cada diez, especialmente mujeres y personas con ingresos bajos, ha comenzado a reducir el número de comidas y la calidad de los alimentos consumidos. La práctica deportiva se mantiene, 3,32 h de media a la semana