En nuestra sociedad el tubo de escape de un coche no es precisamente símbolo de nada deseable. Más bien todo lo contrario: la polución simboliza un precio a pagar para satisfacer nuestra necesidad de movilidad. Pero… ¿y si un tubo de escape se pudiera transformar en un símbolo de limpieza, de pureza? ¿Y qué elemento representa estos dos ideales mejor que el agua?