Fumar continúa siendo un hábito socialmente aceptado que adquirimos, en la mayoría de los casos, en la adolescencia, y de cuyos efectos dañinos se ha sido más consciente a raíz de la pandemia. Las alternativas que se han creado para ayudar a dejar de fumar, paralelamente se han podido convertir en la puerta de entrada al tabaquismo para los más jóvenes. El estudio de Cigna ‘360 Wellbeing" ha revelado que en el último año el 35% de las personas entre 18 y 24 años reconocen fumar