En general, son las mujeres y los grupos de edad más jóvenes los que protagonizan un peor estado anímico y sufren en mayor medida emociones como la tristeza, el desánimo o la ansiedad. El 52,7% de la población ya se plantea acudir a terapia, mientras que un 17,8% admite no saber si la necesita o no y un 9,9% no acude a ella por la falta de recursos económicos. En el terreno laboral, el 30% de los trabajadores reconoce que su situación laboral afecta mucho a su bienestar emocional.