Comer con oro es un lujo. Es un ingrediente sin sabor, sin olor y sin textura que cada vez está más presente en las mesas más glamurosas. Ahora también en champagnes y cavas. Una alquimia de metales nobles y delicatessen a la que se suman ya la plata y el bronce.
- 50410 - Cuarte de Huerva (Zaragoza)
- 16/12/2012