Se llama como el afamado cocinero, aunque éste sólo sirve recetas de humor. Eso sí, de un humor basado en lo cotidiano, desde donde este joven manchego reflexiona en torno a las preocupaciones diarias, las malas noticias a las que nos hemos acostumbrado, transformando en sonrisas realidades tan poco humorísticas como la crisis económica, los mercados, la prima de riesgo e incluso, como él mismo manifiesta, su propia prima.