Entre los múltiples beneficios que aportan tanto el calor seco de las saunas finlandesas como el calor húmedo de los baños turcos para el cuerpo y mente, destacan no sólo el conseguir una profunda relajación, bienestar y limpieza a través de la transpiración de la piel sino que además permite prevenir y mejorar algunas enfermedades respiratorias y circulatorias