El Beetle es un fenómeno en todo el mundo. La gente siempre se alegra de ver este coche; ya sea en el Detroit hibernal, el soleado San Francisco o el venerado Boston, las calles lucen más colores con el Beetle y la vida es más sencilla. Sucede lo mismo en Europa y en las metrópolis asiáticas; también en las grandes ciudades del hemisferio sur como Sídney o Ciudad del Cabo.