Se trata de unos presupuestos que recogen con seriedad y rigor la situación real de la economía española, en los que se conjuga una previsión de crecimiento del 0,7% del PIB para el próximo ejercicio y el firme cumplimiento del objetivo de déficit, sin olvidar una atención especial al gasto social para dar respuesta a los sectores de la sociedad más desfavorecidos por las consecuencias de la crisis de los últimos años.