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La Unidad de Neurorrehabilitación Robótica es pionera en el proceso de recuperación y/o mejora de los pacientes con enfermedades neurodegenerativas mediante el uso de robots

Con motivo del Día Mundial de la ELA, que se celebra este sábado, 21 de junio, la responsable de la Unidad de Neurorrehabilitación Robótica del Hospital Quirónsalud Bizkaia, Sara García, destaca el impacto positivo que tiene esta terapia en el mantenimiento de funciones motoras y cognitivas, especialmente cuando se inicia en fases tempranas de la enfermedad.

Esta unidad es pionera en el País Vasco y cuenta con tecnología de vanguardia para guiar a los pacientes en su proceso de recuperación mediante robots de marcha. Como el exoesqueleto HANK. Este dispositivo médico está equipado con seis articulaciones motorizadas, incluyendo el tobillo, lo que permite un patrón de marcha más natural y adaptado a las necesidades individuales. Además, su control mediante tablet y comandos de voz facilita un entrenamiento personalizado y efectivo para cada paciente.

La ELA es una patología progresiva que afecta a las neuronas motoras, dificultando progresivamente el movimiento, la deglución, el habla y la respiración. Se calcula que entre 4.000 y 4.500 personas conviven con ELA en España. En Euskadi, se diagnostican cada año entre 45 y 50 nuevos casos, de los cuales alrededor de 22 corresponden a Bizkaia.

"La neurorrehabilitación robótica permite trabajar de forma repetitiva, ajustando el nivel de asistencia a las capacidades concretas de cada paciente. Esto hace posible entrenar la marcha, el equilibrio, la fuerza o la coordinación y conservar estas funciones durante más tiempo", explica Sara García. "Mantener estas habilidades no solo mejora la funcionalidad física, sino que también contribuye al equilibrio emocional y a la sensación de autonomía en la vida diaria".

El inicio precoz del tratamiento es especialmente relevante, ya que en las fases iniciales de la ELA el sistema nervioso aún presenta capacidad de adaptación (plasticidad cerebral). La terapia robótica, al ser precisa y dosificable, permite estimular esa plasticidad mediante ejercicios repetitivos, favoreciendo el aprendizaje motor y ralentizando la pérdida funcional.

Estimulación cognitiva: un beneficio añadido Una de las ventajas diferenciales de esta terapia es que puede incluir tareas cognitivas combinadas con el movimiento físico, mediante entornos virtuales interactivos. Esta combinación potencia el rendimiento cerebral global: "Entrenar simultáneamente cuerpo y mente activa múltiples áreas del cerebro, favorece la reorganización neuronal y ayuda a retrasar el deterioro cognitivo, que también puede verse afectado en personas con ELA", añade la especialista de neurorrehabilitación robótica.

Motivación y adherencia: claves para la evolución Según los profesionales de la unidad, el compromiso activo del paciente es otro de los factores decisivos para el éxito del tratamiento. "La robótica no sustituye a la fisioterapia convencional, sino que la complementa y potencia. Pero para que tenga un verdadero impacto, es necesario que el paciente participe, se sienta implicado y vea resultados", señala la especialista.

Esta perspectiva integral sitúa a la neurorrehabilitación robótica como una herramienta de gran valor para preservar la calidad de vida y la autonomía en personas afectadas por enfermedades como la ELA, cuya esperanza media de vida se sitúa entre los 2 y 4 años tras el diagnóstico.