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En 2024, el Día Mundial de la Visión se conmemora el 10 de octubre, siempre el segundo jueves de ese mes. Detrás de lo que aparentemente es plástico transparente -'las lentes de nuestras gafas'- hay un enorme desarrollo tecnológico. Una multinacional española -Grupo Prats- es pionera, a nivel mundial, en I+D de este sector, y compite, sin complejos con los grandes fabricantes internacionales, en el año en que cumple su centenario

El Día Mundial de la Visión se celebra cada año el segundo jueves de octubre. Este día lo promueve la Agencia Internacional para la Prevención de la Ceguera (IAPB) y tiene como objetivo crear conciencia sobre la salud visual y la prevención de la ceguera y la discapacidad visual.

La importancia de esta jornada radica en resaltar la necesidad de realizar revisiones oculares periódicas, la disponibilidad de servicios de atención visual y la educación sobre cómo protegerla. 

Los principales problemas de salud visual, como el glaucoma, la catarata y la retinopatía diabética, pueden afectar significativamente la calidad de vida de las personas si no se tratan a tiempo.

Aparte, los llamados defectos refractivos como la miopía o la presbicia se corrigen con gafas, o mejor dicho, con las lentes de nuestras gafas. Detrás de lo que aparentemente es sólo plástico transparente, hay un enorme desarrollo en I+D. Una multinacional española que cumple cien años en 2024, Grupo Prats, diseña y fabrica en España, compitiendo con los gigantes del sector a nivel mundial y sin ningún complejo, lentes con la máxima adaptabilidad a cada usuario. 

El proceso empieza en las ópticas. Allí, el profesional de la salud visual realiza el examen visual, facilitando esta información y todos los datos que considera relevantes, sobre el usuario y la montura elegida, al fabricante de lentes.

Cuando PRATS recibe el pedido del óptico, su objetivo es respetar esa individualización en el proceso de producción con tecnologías y procesos adecuados. Para ello ha desarrollado un modelo integral, propiedad intelectual de la compañía, para la gestión, el cálculo y producción de lentes oftálmicas, que permite aumentar su calidad óptica para el usuario y reducir al 0% los errores de fabricación. 

El departamento de I+D en Barcelona es el cerebro de la compañía encargado de la creación de los diferentes diseños de lentes. Los cálculos matemáticos detrás de cada diseño sirven, por ejemplo, para que en una lente progresiva -es decir, las que permite ver bien a diversas distancias dentro de la misma unidad- la transición cuando el usuario cambia el foco de su mirada sea lo más natural y cómoda posible. "El esfuerzo de nuestro departamento de I+D consigue que el cambio de mirada de la parte alta, para ver de lejos, a la baja de lente, para ver de cerca, sea suave y natural, y lo más parecido posible a cuando nuestros ojos no necesitaban gafas", explica Mauro Pellegrini, Director de Marketing y Ventas Internacionales del grupo. Tener la propiedad intelectual de los diseños permite a PRATS variarlos y mejorarlos para cada usuario, sin depender de ninguna otra empresa externa. 

PRATS cuenta con cuatro fábricas de lentes en todo el mundo y distribuye sus lentes en más de 22 países. Dos de ellas, están en España, una en Madrid y otra en Barcelona. Ambas plantas son un ejemplo de robotización y tecnología puntera. Concretamente, la de Vicálvaro, en Madrid, es de las más automatizadas del mundo.

Cada pareja de lentes tiene una ruta en el interior de las fábricas. Kilómetros de cintas interconectan los diferentes procesos que va atravesando la lente e informan sobre su posición en cada momento: desde el picking o selección del  material en bruto, su producción digital con una punta de diamante según los datos individuales del usuario, la generación de tratamientos endurecido y antirreflejante, hasta la talla de la lente en base a la forma de la montura y finalmente su empaquetado y expedición. 

En todas las fases se busca la máxima automatización y la minimización de errores. Gracias a los procesos de robotización desarrollados internamente por la empresa y la optimización de recursos energéticos para minimizar el impacto en el medio ambiente, se consigue un producto extremadamente preciso. Pero sobre todo, lo que distingue a PRATS es su exhaustivo control de calidad del 100% de las lentes que produce. "Nuestra obsesión es que las lentes que enviamos al óptico salgan de nuestras instalaciones sin error, y con un servicio eximio, respetando fielmente el pedido del óptico.  Somos muy estrictos y tenemos un control de calidad por visión artificial en diferentes fases del proceso, de todas las lentes que producimos, no sólo de un porcentaje", según indica Pellegrini.

El resultado final es que las lentes más adaptadas a cada usuario lleguen a los ojos de los pacientes españoles antes que ninguna otra. "Es la ventaja de fabricar con una tecnología de vanguardia y procesos robotizados, únicos en nuestro sector", afirma Pellegrini. Eso se visibiliza en los índices de satisfacción de PRATS entre los profesionales de la visión: 9 de cada 10 ópticos recomendarían a PRATS por su servicio ágil, rápido y adaptado a las necesidades de los clientes.