Las condiciones laborales antes de la epidemia ya eran motivo de quejas por parte del sector a causa de los sueldos bajos y las duras jornadas laborales debido a que las plantillas son insuficientes.
Desde el inicio del proyecto SEPES Atención Domiciliaria en Vilanova i la Geltrú, la regulación y unas condiciones laborales adecuadas para las cuidadoras del centro ha sido una premisa fundamental a cumplir para garantizar a estos profesionales sanitarios lo que se merecen por desempeñar su profesión.
Gemma Montero, Gerente de SEPES en Vilanova i la Geltrú, asegura que “a lo largo de los años nos hemos caracterizado por garantizar un excelente trato tanto laboral como profesional a nuestros trabajadores y nuestros mayores”.
Según un informe de Statista, se prevé que en 2068 la tasa de dependencia de la población mayor sea de 64 años. La proyección pone de manifiesto un crecimiento de la tasa de dependencia en dicho grupo de edad hasta el año 2051.
Actualmente, según los datos del Instituto Nacional de Estadística (INE), existen en nuestro país unos 47,2 millones de habitantes, de los cuales el 19,4%, unos 9,2 millones son mayores de 65 años. Además, hay que sumarle que un millón de personas que son dependientes, en torno a dos millones que tienen más de 80 años.
En paralelo, la esperanza de vida es de 83,6 años, con las mujeres superando ampliamente los 86. Según el propio INE, en 2068 habrá en España más de 14 millones de pensionistas, es decir, uno de cada tres habitantes.
Con todos estos datos en la mano y, sumándole la actual situación pandémica en la que convivimos, es urgente que el sector sanitario de atención domiciliaria de la tercera edad se debe regularizar y mejorar las condiciones laborales para asegurar un servicio de calidad a los mayores.
“En SEPES Atención Domiciliaria nos preocupamos tanto del trato laboral nuestro trabajador como del bienestar y la salud de nuestro cliente”, explica Gemma.
Además, añade y concluye que “nuestro servicio cubre las necesidades que se presentan hoy en día sin tener que desarraigar de su domicilio a la persona y a la vez colaborar con sus familiares en la seguridad que supone confiar en una empresa que se preocupa de su bienestar”.