img

Tarragona ha sabido cuidar y respetar el legado que dejaron los romanos

Tarragona se encuentra situada en el sur de Europa, al noroeste de la península Ibérica. A orillas del Mediterráneo, es una de las cuatro capitales de provincia del Principado de Cataluña. Su vitalidad económica y los altos niveles de bienestar de la ciudad vienen determinados por la perfecta constitución de su potencialidad histórica y turística con un desarrollado tejido industrial y portuario. Esta potencialidad turística se consolidó a finales del año 2000 cuándo el comité de la UNESCO, reunido en la ciudad australiana de Cairns, decidió otorgar al conjunto arqueológico romano de Tarraco el reconocimiento de Patrimonio Mundial.

Tarragona ha sabido cuidar y respetar el legado que dejaron los romanos. Por todo ello actualmente hay 14 elementos romanos que disfrutan de ser patrimonio de la humanidad. Este reconocimiento sirve para garantizar la conservación de estos monumentos y para darlos a conocer internacionalmente. Entre la ciudadanía de Tarragona esto sirve para aumentar el nivel de conocimiento, orgullo y respeto hacia su ciudad.

Son 12 años los que hace de este reconocimiento, y el turismo en Tarragona se ha beneficiado con un incremento paulatino del mismo. Tarragona se ha consolidado cómo la capital de la Costa Daurada, y ha sabido combinar a la perfección el turismo de sol y playa con el turismo cultural. Su gran oferta de ocio con el  puerto deportivo, un parque subacuático, un campo de golf, teatros, auditorio, casino… y los 15 kilómetros de costa que dan origen a sus playas y atractivas calas han sido también punta de lanza para incrementar los atractivos turísticos de la ciudad.

A ello hay que añadir la atractiva oferta lúdica del parque temático por excelencia de Catalunya, Port Aventura a tan sólo 10 kilómetros del centro urbano.

Con todo ello actualmente Tarragona goza de una moderna planta hotelera, con miles de plazas dedicadas al turismo vacacional y de negocios. A todo este potencial turístico, tenemos que sumar el resto de hoteles de la Costa Daurada donde los huéspedes normalmente utilizan algún día de sus vacaciones para acercarse y conocer este balcón del Mediterráneo. Doce años de reconocimiento que la ciudad ha sabido aprovechar para convertirse en una capital turística de primer orden dentro del ámbito doméstico nacional. Próximo reto, la internacionalización.