Guardar un porcentaje del sueldo como ‘gasto fijo’ y destinarlo a los ahorros es una de las claves para sanear las cuentas, según la CNMV
Hace pocos meses se publicaron datos revelando que la cantidad de dinero efectivo del que disponen actualmente las familias españolas ha alcanzado las cifras más bajas desde 2005. Eso no significa que la renta sea necesariamente más baja que entonces, sino que el incremento del gasto supera al de los ingresos.
Esto, si bien supone un indicio de recuperación económica, también es un factor de riesgo para las familias que, ahora más que nunca, deben controlar muy de cerca sus gastos y ahorros para evitar caer en momentos de crisis. Por ello, es muy importante tener un registro del dinero que entra y sale de casa; para ello puede resultar muy útil seguir las siguientes recomendaciones de la Comisión Nacional del Mercado de Valores (CNMV).
Se recomienda elaborar un presupuesto familiar, indispensable para equilibrar ingresos y gastos. Basta con crear una primera columna marcando los ingresos –especificando de dónde provienen todas las entradas. Luego una segunda columna con los gastos, que deberá ser más detallada. La CNMV recomienda las siguientes categorías de gastos:
Obligatorios: Se trata de una categoría fija, ya que no se pueden dejar de pagar ni variar su importe Necesarios: Son aquellos que se podrían reducir pero no eliminar, como por ejemplo las facturas de Internet, teléfono… Ocasionales: Estos sí que se podrían eliminar. Son los referentes al ocio: ir al cine, cenar fuera, comprar ropa que no se necesita…El paso siguiente es sumar las dos columnas; para una renta sana, evidentemente, los ingresos deberían superar los gastos, lo cual no siempre es fácil de conseguir. En este sentido, la CNMV recomienda incluir el concepto de ‘ahorro’ como parte de gastos fijos, a poder ser, marcándose un objetivo fijo mes a mes, como podría ser destinar a esto el 10% del sueldo. De esta manera, se pueden acercar más a aquellos sueños de futuro o cubrir imprevistos que, de otra manera, arruinarían el mes.
Pero hay épocas particulares de cada hogar que son más difíciles que otras – ya sea porque se acaba de hacer frente a un imprevisto, porque hay un nuevo miembro en casa o porque la voluntad de ahorrar todavía es nueva. Por ello, hay momentos en los que no se puede tirar de ahorros y se necesita una fuente de ingresos extra.
En estos casos, una de las opciones más recurridas son los créditos. Pero hay que tener en cuenta que, si se trata de una necesidad puntual y aislada que pronto se puede solventar, seguramente no compensa recurrir a la banca tradicional. Si es así, una buena opción son los microcréditos: una manera rápida de obtener pequeñas cantidades de efectivo.
Pero esta rapidez a la hora de obtener el crédito no debe llamar a la precipitación, ya que, aunque sea con una pequeña cantidad, se está generando una deuda. Así que se necesita reflexión y un asesoramiento adecuado. En este sentido, destacan plataformas como SolCredito, una compañía que ofrece garantía de seguridad y de adaptación a cada cliente.
No se trata de un grupo de corredores, es decir que no prestan ellos directamente el dinero: actúan como un comparador de hasta 20 plataformas de crédito personal y escogen aquella opción que más se adecua a cada usuario, haciendo posible créditos de hasta 800 euros en una hora máxima de plazo después de haber solicitado el dinero, rellenando un formulario simple en la web.
Al ser SolCredito miembro del Instituto Nacional de Consumo, se muestran como una garantía de cara al cliente, ya que ofrecen un servicio de asesoramiento personalizado para estudiar la situación de cada demandante y le guían para que haga un buen uso del dinero obtenido y que, a su vez, no tengan dificultades extra a la hora de devolverlo.
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