La IA generativa ha abierto el dilema de la comunicación entre personas y máquinas: "somos nosotros quiénes controlamos a la IA cuando le damos indicaciones", señala Quintero. El uso de peticiones, conocidas como "prompts", son el motor de comunicación con los algoritmos. Multinacionales del sector, como Google, publican informes de manera periódica para optimizar los resultados cuando se interactúa con IA