El calor, el salitre y los cambios de rutina y alimentación pueden provocar estrés físico y ambiental al cabello que puede terminar acelerando la fase telógena, lo que puede generar una mayor caída en otoño. Proteger el pelo al mismo nivel que la piel, hidratarse a través de la alimentación y vigilar los cambios bruscos de temperatura son consejos para gozar de una buena salud capilar. Según Cigna Healthcare, un 35% de la población española experimenta problemas físicos como consecuencia del estrés