Atrofia, sequedad vaginal e incontinencia urinaria son algunas de las patologías frecuentes que esta tecnología láser permite tratar.
En el ámbito de la salud femenina, el uso de la tecnología láser de CO₂ fraccionado para la medicina regenerativa ginecológica es una alternativa que permite abordar diversos problemas de salud íntima de forma "segura y efectiva". La ginecóloga Laura Barbero explica que también ayuda a mejorar significativamente la calidad de vida de las mujeres. "Conseguimos reactivar la producción de colágeno de forma natural, lo que favorece la regeneración del canal vaginal aportando flexibilidad y elasticidad en el tejido, incrementando la lubricación y fortaleciendo la estructura de ligamentos que rodean la vejiga" detalla la especialista del Hospital Quirónsalud Vitoria.
Las principales aplicaciones de la terapia con láser incluyen el tratamiento de la atrofia y sequedad vaginal, la incontinencia urinaria, la laxitud vaginal y el liquen escleroso vulvar. El caso concreto de la atrofia urogenital, que afecta a cerca del 50% de la población femenina con menopausia, afecta significativamente la calidad de vida de las mujeres, condicionando su día a día en el ámbito personal, íntimo, sexual y de pareja. "Durante mucho tiempo -destaca la doctora Barbero- las mujeres asumieron que, al llegar a cierta edad, esto era algo inevitable y no se podía cambiar, por lo que no solían mencionarlo en consulta a menos que se les preguntara específicamente". Hoy en día las mujeres acuden a consulta a resolver dudas, buscan activamente un tratamiento o solución para mejorar su calidad de vida. Desde el servicio de Ginecología del hospital alavés señalan que hay variedad de tratamientos tanto hormonales como no hormonales que pueden combinarse con tecnología láser.
El tratamiento se realiza de forma ambulatoria en la consulta, sin necesidad de ingreso hospitalario; las pacientes pueden reanudar su actividad diaria inmediatamente después de cada sesión. Cada tratamiento tiene una duración aproximada de 20 minutos: "Para lograr resultados óptimos en el alivio o resolución de síntomas, se recomienda un mínimo de tres sesiones espaciadas entre 6 y 8 semanas", se señala desde el servicio de Ginecología del Hospital Quirónsalud Vitoria.