Según un análisis realizado por los expertos de The Valley, ha surgido una nueva metodología protagonizada por 4 tendencias: ubicuidad, conveniencia, la importancia de generar nuevas experiencias y la empleabilidad. Además, el sistema de formación business está pasando por un proceso de transformación profundo y estructural que finalmente coloca al alumno en el centro de todas las decisiones
La presencialidad de los alumnos y los rígidos programas formativos estructurados dejan de ser “la norma” ante un nuevo sistema educativo que se adapta, de forma personalizada, a lo que demandan los usuarios en el entorno digital. Este nuevo sistema de enseñanza business, que aprovecha la tecnología como facilitador, es solo un reflejo de la profunda ruptura por la que está pasando el sistema, y que resulta esencial para asegurar la empleabilidad. Actualmente, las nuevas profesiones nacen como consecuencia de los avances tecnológicos y, por ende, la formación debe responder, casi en tiempo real, a las demandas del mercado.
Por este motivo, los expertos de The Valley, el ecosistema de conocimiento digital, han realizado un análisis sobre cómo se está transformando el modelo de formación que ya se venía gestando con la digitalización, pero que, además, la situación generada por el COVID-19 está acelerando. En las conclusiones obtenidas se señala que el nuevo marco educativo y la forma en que se traslada el conocimiento estará protagonizado por:
- Ubicuidad: la formación se puede realizar desde cualquier lugar y en cualquier momento. Se eliminan las barreras en cualquier aspecto de la formación para ofrecer una experiencia radicalmente distinta a la tradicional donde hay una flexibilidad total en su forma de consumo sin distinciones ni limitaciones. Tanto en el formato telepresencial como en el presencial físico, los alumnos tienen la misma posibilidad de participar e interactuar entre sí, ya sea desde las propias aulas, en sus hogares o donde más les convenga según cada momento, pudiendo variar según sea el caso sin obstáculos.
- Conveniencia: finalmente se coloca al estudiante como el centro de la metodología, dándole la capacidad de que sea este mismo quien elija las temáticas que le parecen más relevantes para su plan formativo, sin tener que adaptarse a planes ya estructurados en los que no todo el contenido le es relevante. Se trata de cursar únicamente el contenido que el alumno necesita y quiere adquirir. Así, es factible llegar a un modelo de formación continua que acerque al alumno a la empleabilidad.
- Generar nuevas experiencias: gracias a los beneficios de la digitalización y contando con la tecnología como facilitador, la experiencia de adquirir conocimiento de forma telepresencial puede ser perfectamente similar a la experiencia presencial física, o incluso enriquecida. La forma de trasladar conocimiento en este nuevo sistema rompe con el esquema tradicional de profesor, alumno y cuaderno permitiendo vivir una experiencia radicalmente diferente en la que se pueden realizar sesiones interactivas y participativas mediante diversas herramientas. Crear encuestas virtuales o trabajar en grupo en salas adyacentes, son tan solo algunas de las posibilidades.
- Empleabilidad: ya no son los centros formativos los que deciden qué materias serán las que abran las puertas a la empleabilidad. Ahora, con el avance de las tecnologías disruptivas van surgiendo nuevas oportunidades laborales y los perfiles profesionales deben estar preparados para saber manejar esas tecnologías y sacarles el mayor provecho. Así, el sistema formativo debe garantizar a los alumnos el entendimiento de sus necesidades y la adaptación de los programas ante las demandas del mercado; y las escuelas de negocio, que logren adaptarse en tiempo récord, serán las que tengan más éxito.
Para Ana Delgado, Chief Education Officer en The Valley, “nos encontramos en un momento histórico donde los alumnos no sólo tendrán que ser multiskills sino que también tendrán que mostrarse flexibles y tener capacidad de adaptación, y en este sentido, el modelo educativo tiene que hacer todos los esfuerzos para adaptarse, ser más eficientes y concentrar los recursos en ofrecer los conocimientos que realmente guíen al profesional hacia el éxito”.
Un nuevo modelo de formación destinado al usuario digital y futuro perfil profesional Como referentes en innovación educativa y en respuesta a los cambios del mercado laboral y educativo, The Valley toma la delantera en el proceso de adaptación a los hábitos y motivaciones del usuario digital a través de The Valley Flow, un innovador entorno educativo que impulsa la concentración y motivación máxima de los alumnos. El estudiante puede elegir cursar programas más cortos y con temáticas específicas invirtiendo así su tiempo, esfuerzo y recursos en adquirir específicamente los conocimientos que necesita. Además, el sistema se adecúa al alumno en cuanto a sus decisiones sobre cuándo, dónde y cómo consumir el contenido con una experiencia notablemente más enriquecida.
“La base de este sistema innovador consiste en colocar al estudiante en el centro de la metodología, siendo este quien tiene el control absoluto sobre todos los pasos de su propia formación y desarrollo profesional. Así, el alumno es el único dueño de su propio camino profesional, pero contando con los profesionales de The Valley como la guía perfecta para conseguir sus objetivos”, explica Delgado.
Se trata de una metodología de formación inspirada en el “estado de flujo”, pasando a ser un ciclo continuo que parte del conocimiento y termina en la consecución de metas y en el éxito personal y profesional. Con The Valley Flow, el estudiante diseña el itinerario de formación a cursar teniendo en cuenta sus deficiencias y necesidades de desarrollo profesional. En definitiva, la formación adaptada al usuario digital para lograr la excelencia, aprovechando la flexibilidad y la personalización que ofrece este formato y contando con las tecnologías disruptivas como el facilitador que lo hace posible.
Así mismo, se eliminan las fronteras entre lo presencial y lo telepresencial, garantizando una experiencia excelente sin importar la ubicación física. La clave ahora está en que los estudiantes sean capaces de entrar en el “estado de flujo” que plantea “The Valley Flow”, teniendo el control sobre cada detalle de su proceso formativo y concentrando su esfuerzo y capacidades en adquirir conocimientos profundos sobre un tema específico que les ayude a alcanzar sus objetivos y conseguir mayores oportunidades a nivel profesional.