Con las prisas de cada día, se termina dejando de lado las tareas domésticas "menos importantes" para poder descansar unos minutos. En el caso del armario, el problema de dejarlo sin un orden definido es lo que puede generar en un futuro: el caos, la revuelta de la ropa. Antes de percibir este peligro, el daño ya está hecho, con todo ya fuera de lugar