Las piscinas se transforman en verano en pequeños oasis en los que adultos y niños se refugian de las altas temperaturas, amen de un lugar clásico de ocio y diversión familiar y entre amigos. Se convierten, en definitiva, en lugares concurridos, que deben prepararse para su apertura y mantener las medidas higiénicas pertinentes. No se trata sólo de la revisión y limpieza del agua, el filtro y los circuitos de depuración, sino de activar los mecanismos contra bacterias peligrosas para la salud