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Según los datos actuales, "la enuresis afecta al 16% de los niños de 5 años, al 10% de los de 6 años y al 7,5% de los de 10 años"

La Navidad está cerca y es periodo de viajes y desplazamientos para disfrutar con los seres queridos. Las familias con niños o adolescentes enuréticos, aquellos que siguen mojando la cama a partir de los 5 años estando sanos, pueden verse afectadas por el trastorno.

Estas fechas suelen venir acompañadas de cierto nerviosismo en las familias. Vacaciones escolares y laborales, visitas de parientes y amigos, viajes para reunirse con la familia que vive más lejos. "Estos cambios, muchas veces, les generan un plus de ansiedad y pueden agravar o dificultar el control de la situación: el control de la incontinencia urinaria nocturna", indica la Dra. Reyes Mazas, pediatra en CS Gama (Cantabria), coordinadora del Grupo de Trabajo de Educación para la Salud de la Sociedad Española de Pediatría Extrahospitalaria y Atención Primaria (SEPEAP).

Según indican los expertos, "la enuresis se puede considerar como un problema importante de salud; un seguimiento por parte de su pediatra puede ayudar a estos niños a mejorar su calidad de vida".

La enuresis responde a distintas causas, las principales serían: la producción excesiva de orina por la noche, la disminución en la producción de hormona antidiurética durante el sueño, la disminución de la capacidad funcional de la vejiga o el sueño profundo que dificulta despertar ante la sensación de vejiga llena.

Posibles antecedentes familiares o enfermedades como la apnea obstructiva del sueño, el trastorno por déficit de atención e hiperactividad o el estreñimiento, son condiciones asociadas que pueden aumentar la probabilidad de padecer enuresis nocturna. 

El pis en la cama no solo afecta la organización familiar, también genera en los niños vergüenza, culpa, baja autoestima, problemas de descanso, menor rendimiento escolar y cierto aislamiento social.

Ocultar que usan pañal por la noche les provoca inseguridad y malestar. Por eso, restarle importancia y esperar que el tiempo lo solucione no es la mejor opción.

El pediatra y enfermera, grandes aliados en la lucha contra la enuresis Consultar con el pediatra y exponerle lo que está sucediendo sería la primera medida a adoptar. Tanto enfermería como pediatría están preparados para analizar la situación, determinar las causas y recomendar futuras acciones.

Mantener rutinas estables, especialmente en los horarios de sueño y en la alimentación, puede ayudar mucho en el tratamiento de los escapes. Procurar que el niño no beba demasiado al final del día y limitar los alimentos con alto contenido de sal. Todo esto siempre desde el acompañamiento y la comprensión: la enuresis no es un capricho ni una falta de cuidado, sino una situación involuntaria y fuera de su control.

La enuresis sigue siendo para muchos un tema difícil de abordar y son muchas las familias que no lo comentan, por la vergüenza de que se sepa del trastorno del menor. Tal como indica la Dra. Mazas "muchas veces los padres lo han borrado de sus antecedentes; debe preguntarse a la familia, a los abuelos, porque seguro que a alguien le ha pasado esto cuando era pequeño". Normalizar en la familia esta condición, sobre todo en estas fechas, descargaría de responsabilidad a los menores y favorecería su control.

Para la Sociedad Española de Pediatría Extrahospitalaria y Atención Primaria (SEPEAP) es conveniente un diagnóstico y abordaje temprano, porque "la enuresis moderada (3-6 noches/semana) o grave (diaria) y la que persiste pasados los 9 años, difícilmente, se resolverá sin abordaje. Aunque, es cierto que la prevalencia disminuye con la edad, la frecuencia y la severidad de los episodios enuréticos aumentan" (1).

Los profesionales de la salud involucrados en el problema con sus consejos ayudarán a paliar las consecuencias. La colaboración de familia y la posibilidad de comentarlo en su entorno cercano les dará seguridad y permitirá tratarlo como lo que es, un problema de salud.