La salud de las uñas, a menudo relegada a un plano estético, es un indicador fundamental del bienestar general. Sin embargo, existe una afección persistente y extendida que compromete su integridad: la onicomicosis, conocida popularmente como hongos en las uñas
La onicomicosis constituye una afección frecuente que genera un notable impacto psicológico y estético en los pacientes, evidenciado por sentimientos de preocupación y frustración. Por ello, se considera esencial desgranar qué es exactamente la onicomicosis o uñas con hongos, cómo se manifiestan y, lo más importante, cuáles son las estrategias profesionales más efectivas para su erradicación.
Entendiendo al adversario: ¿qué es la onicomicosis? La onicomicosis es una infección fúngica que afecta a las uñas, generalmente de los pies, aunque también puede manifestarse en las manos. Los principales culpables de esta invasión son los hongos dermatofitos, aunque en ocasiones pueden estar implicadas levaduras como la Candida o mohos no dermatofíticos.
Estos microorganismos son oportunistas por naturaleza, proliferando en ambientes cálidos y húmedos. La uña, compuesta principalmente de queratina, se convierte en el huésped perfecto para su desarrollo.
La onicomicosis no es meramente un problema cosmético; es una condición médica progresiva.
Si no se aborda adecuadamente, la infección tiende a extenderse, comprometiendo toda la placa ungueal, el lecho ungueal e incluso pudiendo contagiarse a otras uñas o a la piel circundante (desencadenando, por ejemplo, pie de atleta).
Las señales de alarma: síntomas y diagnóstico Para el especialista, el diagnóstico precoz es crucial. Los pacientes suelen llegar al consultorio reportando cambios visibles que, a menudo, han ignorado en sus etapas iniciales. Los síntomas más comunes que el especialista identifica incluyen:
Decoloración: La uña puede volverse amarillenta, blanquecina, marrón o, en casos avanzados, incluso verdosa o negruzca. Este cambio de color es uno de los primeros indicadores de la presencia fúngica. Engrosamiento (hipertrofia): La placa ungueal se vuelve gruesa, áspera y difícil de cortar. Este engrosamiento se debe a la acumulación de detritos de queratina bajo la uña, producto de la acción del hongo. Fragilidad y desmoronamiento: La uña se vuelve quebradiza y sus bordes pueden desmoronarse o romperse con facilidad. Separación del lecho ungueal (onicólisis): En etapas más avanzadas, la uña puede separarse del tejido subyacente, creando un espacio por donde la infección puede profundizar. Deformidad: La uña puede adquirir formas irregulares o curvaturas anómalas, lo cual puede generar dolor o molestias al caminar o al usar calzado.El diagnóstico definitivo por parte del especialista no se basa únicamente en la inspección visual. Es imprescindible realizar una toma de muestra (raspado de la uña) para su posterior análisis microscópico y cultivo.
Este paso es vital para identificar el tipo exacto de hongo causante y asegurar que el plan de tratamiento sea el más específico y eficaz posible. En ocasiones, otras patologías como la psoriasis ungueal o microtraumatismos pueden imitar la onicomicosis, de ahí la necesidad de un diagnóstico profesional.
Factores de riesgo: creando el ambiente propicio Los hongos en los pies no aparecen por arte de magia; necesita condiciones favorables. Los especialistas insisten en que ciertos factores aumentan la vulnerabilidad de un individuo:
Ambientes húmedos y públicos: Caminar descalzo en duchas comunitarias, piscinas, saunas o vestuarios es la vía de contagio más común. Estos lugares son auténticos criaderos fúngicos. Lesiones ungueales: Un golpe, una manicura/pedicura agresiva o la presencia de una uña encarnada facilitan la entrada del hongo a través de microlesiones. Condiciones médicas preexistentes: Personas con diabetes, problemas circulatorios o un sistema inmunológico debilitado tienen un riesgo significativamente mayor. Sudoración excesiva y calzado inadecuado: El uso constante de calzado cerrado y poco transpirable mantiene el pie en un estado de humedad y calor, el entorno ideal para la proliferación fúngica. Envejecimiento: Con la edad, las uñas crecen más lentamente y se vuelven más secas y frágiles, lo que facilita el ingreso de los hongos en las uñas.El abordaje terapéutico profesional: más allá de los remedios caseros Los especialistas advierten a los pacientes sobre la ineficacia de muchos remedios caseros o productos de venta libre sin respaldo clínico, especialmente en infecciones moderadas o graves. La onicomicosis requiere un enfoque metódico y, a menudo, prolongado. El tratamiento profesional se articula en varias líneas de acción, seleccionadas según la gravedad y el tipo de hongo:
1. Terapias tópicas avanzadas Para infecciones leves o moderadas, o como complemento de otros tratamientos, se prescriben antimicóticos para pies tópicos potentes.
Estos suelen venir en forma de lacas o esmaltes que contienen sustancias como la amorolfina o el ciclopirox. La clave de su éxito reside en la constancia y la preparación de la uña. El especialista a menudo realiza un fresado profesional de la uña para reducir su grosor y permitir una penetración máxima del principio activo.
2. Tratamientos orales (sistémicos) Cuando la infección es extensa, afecta a la matriz ungueal o es resistente a los tópicos, se considera la terapia antifúngica oral (como terbinafina o itraconazol).
Estos medicamentos, sin embargo, requieren supervisión médica constante, ya que pueden tener interacciones o efectos secundarios, y su duración suele ser prolongada, a menudo de varios meses, hasta que la uña enferma es reemplazada por completo por una sana.
3. La innovación del tratamiento láser En los últimos años, el tratamiento con láser ha emergido como una opción de vanguardia y altamente efectiva, particularmente para aquellos que no pueden o prefieren evitar los medicamentos orales.
El especialista utiliza tecnología láser específica (como el Nd:YAG) para aplicar pulsos de energía que generan calor de manera selectiva. Este calor penetra la placa ungueal y destruye las células fúngicas, incluyendo las esporas, sin dañar el tejido circundante.
El procedimiento es rápido, indoloro (el paciente solo siente un leve calor) y no invasivo. Aunque los resultados visibles se aprecian a medida que la uña sana crece (un proceso que lleva tiempo), el láser ofrece una alta tasa de éxito con un riesgo mínimo de efectos secundarios, requiriendo generalmente entre 3 y 5 sesiones, dependiendo de la severidad.
El rol de la prevención y el mantenimiento Una vez superada la infección, la prevención se convierte en la piedra angular. La onicomicosis tiene una alta tasa de recurrencia si no se mantienen hábitos de cuidado rigurosos.
Se aconseja:
Higiene rigurosa: Lavar y secar completamente los pies, especialmente entre los dedos, y cambiar de calcetines a diario. Calzado ventilado: Elegir zapatos de materiales que permitan la transpiración y rotar su uso para que se aireen completamente. Uso de chanclas: Utilizarlas obligatoriamente en todos los espacios públicos húmedos (piscinas, gimnasios, vestuarios). Desinfección de herramientas: Esterilizar o desinfectar cortaúñas, limas y cualquier instrumento de pedicura después de cada uso. Tratamiento del calzado: Aplicar polvos o aerosoles antifúngicos dentro del calzado de forma regular.La onicomicosis es una afección que requiere un abordaje especializado y el uso de productos de calidad profesional.
Davol Feet Medical Care ofrece soluciones efectivas para apoyar el tratamiento integral de las uñas afectadas por hongos, incluyendo fórmulas tópicas avanzadas, productos de higiene y tratamientos preventivos diseñados para mantener la salud de los pies.
Con la orientación de un especialista y el uso constante de los productos de Davol Feet Medical Care, es posible recuperar la fortaleza, la salud y la apariencia natural de las uñas.
Actuar ante los primeros signos de infección y utilizar productos especializados es esencial para eliminar el hongo de raíz y prevenir su reaparición.
