Según la Dra. Lostal, pediatra "a los 5 años, la incidencia ronda el 15%, y aunque disminuye con la edad, si no se toman medidas adecuadas, puede persistir hasta la adolescencia"
La enuresis, la pérdida involuntaria de orina durante la noche en niños y adolescentes sanos a partir de los 5 años, celebra anualmente, cada último martes de mayo, su día mundial para que padres, profesionales de la salud, y la sociedad en general se sensibilicen ante este trastorno que, tan solo en España, se estima afecta a alrededor de medio millón de menores.
Como explica la Dra. Isabel Lostal, pediatra de Atención Primaria del centro de salud Amparo Poch, en Zaragoza "a los 5 años, la incidencia ronda el 15%, y aunque disminuye con la edad, si no se toman medidas adecuadas, puede persistir hasta la adolescencia. De hecho, entre el 1 y el 3% de los jóvenes de 15 años siguen padeciéndola".
Existen dos tipos de enuresis: primaria, cuando nunca se ha controlado esfínteres, y secundaria, cuando tras un tiempo de control de esfínteres -unos seis meses-, el menor vuelve a mojar la cama.
"Muchos padres creen que desaparecerá con el tiempo, pero se ha comprobado que, si no se aborda de forma precoz, se hace tardíamente o no se hace, es más probable que persista incluso en la edad adulta. Por eso, la detección y las medidas adecuadas son clave", añade la experta.
Las causas de la enuresis nocturna pueden ser diversas: fallo en el mecanismo del despertar, por lo que el niño no despierta cuando tiene sensación de vejiga llena, alteración del ciclo circadiano de la hormona antidiurética (vasopresina), inestabilidad vesical con contracciones involuntarias del músculo detrusor -parte de la vejiga urinaria-, u otras.
También puede haber comorbilidad o vinculación con otros problemas como el trastorno por déficit de atención e hiperactividad (TDAH), dificultades respiratorias al dormir (como la apnea del sueño), estreñimiento o incontinencia fecal.
La enuresis, algo más que mojar la cama A pesar de no representar un peligro directo para la salud física, la enuresis puede afectar al bienestar emocional del niño; "se ha visto que, en general, los niños que tienen escapes nocturnos tienen mucha repercusión a nivel psicológico y de bienestar emocional, incluso se ha visto un peor rendimiento escolar", indica la Dra. Lostal.
Dado que la detección de los casos está en manos del entorno más cercano al niño: familia, pediatras y enfermería, educadores, etc., los especialistas aconsejan no culpar ni regañar al niño que moja la cama, ya que es algo que no puede controlar; así el apoyo y paciencia del entorno son determinantes.
Tal como explican los expertos de la Sociedad Española de Pediatría Extrahospitalaria y atención primaria (SEPEAP), en su guía Manejo y diagnóstico terapéutico de la enuresis infantil, el trastorno se relaciona "con situaciones de ansiedad crónica, problemas de autoestima y retraso en la esfera social" (1)
Por eso se recomienda acudir al pediatra y valorar la situación si pasados los 5 años el menor sigue mojando la cama.
Desde el año 2015, la Sociedad Internacional de Continencia Infantil (ICCS), junto con otras asociaciones y sociedades de nefrología y urología infantil de todo el mundo, trabajan para concienciar sobre el problema.
Ferring se suma al Día Mundial de la Enuresis mostrando su apoyo a la iniciativa.