Según el Informe Europeo de Pagos de Intrum, la liquidez de los clientes y la preocupación por aquellos que aún tienen pagos pendientes con ellos son los principales desafíos a afrontar más mencionado por las empresas encuestadas
La morosidad podría convertirse en una de las principales consecuencias de la pandemia. A pesar del avance de la economía, las empresas siguen incrementando el riesgo de impago, y las previsiones para el 2022, que está a punto de comenzar, no son nada halagüeñas. Según el Informe Europeo de Pagos de Intrum, en el que han participado compañías de 29 países europeos, el 47% de las organizaciones españolas identifica la solvencia de sus clientes como el principal reto al que se enfrentará el próximo año.
A pesar de las moratorias de pago y las carencias de los créditos ICO, el tejido empresarial sigue manifestando fragilidad con un volumen de crédito renegociado nunca visto en los últimos seis años, tal y como apuntan los históricos del Banco de España. Una situación que hace que, además de la liquidez de los clientes, los negocios hayan aumentado su preocupación por aquellos que aún tienen pagos pendientes con ellos, siendo este el segundo desafío a afrontar más mencionado por las empresas encuestadas.
De hecho, mientras que el año pasado el 28% de las organizaciones españolas señalaba como reto conseguir el abono de las facturas pendientes de clientes con dificultades económicas, ahora ese porcentaje ha aumentado hasta el 41%, en línea con la media europea (41%).
Junto a los retos anteriores, otros de los aspectos que también apuntan las entidades consultadas son el riesgo de recesión paneuropea (37%), conflictos con sus clientes en referencia a los productos y servicios prestados (35%) o la falta de experiencia empresarial de muchos de ellos (32%).
El pago por adelantado pierde puntos como medida de protección contra impagos El dilatado retraso en el abono de las facturas ha propiciado que los negocios españoles tomen medidas de precaución, pues una cuarta parte (25%) asegura haber aumentado sus pérdidas crediticias en el último año. Con el objetivo de evitarlo, las organizaciones solicitan pagos por adelantado al entregar sus productos o servicios. Sin embargo, y aunque sigue siendo la opción preferida de las pymes y grandes corporaciones, esta opción de cobro ha sido empleada por menos empresas que el año anterior.
Si se analiza la evolución de las cifras en el último año, se observa cómo el año pasado la mitad del tejido empresarial (51%) recurría al pago por adelantado para evitar impagos. A día de hoy, el porcentaje se sitúa 10 puntos por debajo (41%).
Por su parte, las verificaciones de crédito son el método de prevención preferido del 34% de las empresas españolas, un 4% más que el año pasado, seguido del cobro de las deudas, señalado por el 24% de las compañías encuestadas.