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Marco Arévalo, experto en IT, concede una entrevista a Talio para conocer su visión profesional sobre el futuro de la innovación en el área de la Inteligencia Artificial (IA)

IA como herramienta de automatización En Talio piensan que las empresas, como las personas y los procesos, se deben transformar al ritmo marcado por la tecnología y los mercados que no dejan de avanzar y evolucionar continuamente. En consecuencia, cada vez son más las organizaciones que utilizan herramientas y software de automatización basado en IA para que sus plantillas sean más productivas y eficientes.

La opinión de Marco Arévalo a cerca de la innovación como elemento clave para hacer un negocio más competitivo (en términos de innovación en IA), es que “la combinación de RPA e IA permiten, de una parte, una mejora en los tiempos de realización de trabajos que hoy vienen requiriendo intervención humana y, de otra, la agregación de un componente de razonamiento en la actividad.” Marco señala que “el software aprende a tomar las decisiones más adecuadas considerando (a) su entrenamiento previo y (b) los cambios en el entorno y que, por tanto, se favorece la productividad (menor números de errores, menos paradas de mantenimiento, menor necesidad de gestión…).” Según Marco, “las personas podrán utilizar su talento allí donde ninguna aplicación pueda ser más eficiente.”

Para comprender cuáles serán las futuras líneas de actuación que se llevarán a cabo en el sector, Marco explica el terreno de la Inteligencia artificial desde una perspectiva antropológica según la cual “bajo el paraguas de la IA, se encuentran los dispositivos articulados (brazos, manos, pies, exoesqueletos…), los sistemas de visión (los ojos y la capacidad de interpretar lo que perciben), el reconocimiento del habla (los oídos y el cerebro capaz de comprender el sentido, también en lenguas distintas), el procesamiento del lenguaje natural (el razonamiento, la capacidad de elegir, la capacidad de inferir, de abstraer), la memoria (el universo de recuerdos, lo aprendido, los prejuicios), los sistemas expertos (la experiencia, la técnica, la lógica).” Por tanto, concluye que “las líneas de actuación en IA serán todas las que conlleven una mayor aproximación de las capacidades de la técnica para desarrollar comportamientos antropológicos mejorados: ver más, oír mejor, hablar múltiples lenguas, mayor capacidad de análisis, mayor capacidad de abstracción, mayor conocimiento en materias concretas…”

En referencia a si hay comportamientos sesgados en las decisiones que toman las máquinas y en su confianza en ellas para la toma de decisiones entre lo mejor y lo conveniente, Marco opina que todo ello tiene importantes implicaciones éticas y que el debate está en la mesa: “la UE está trabajando en unas Guías Éticas para una IA confiable. Se abordan las dimensiones legales, éticas, tecnológicas y medioambientales”, dice. Para marco está claro que se va a producir otra brecha digital: “deberemos acostumbrarnos a trabajar codo con codo con máquinas. Serán algo más que herramientas y esto requiere una adaptación y una gestión del cambio. El entrenamiento de máquinas va a ser un espacio de crecimiento. Las empresas que tradicionalmente han capacitado a las personas para el desarrollo de sus potencialidades en el espacio de trabajo (y por extensión en sus vidas) podrán encontrar un océano azul – por decirlo con Kim y Mauborgne – en la capacitación de las máquinas para colaboración con otras máquinas y con humanos.”

Automatización de las empresas Es un hecho que todas las empresas han tenido que adaptarse y responder rápidamente a las nuevas necesidades digitales que demandan los clientes y según Marco, la situación actual de pandemia ha acelerado los procesos de automatización: “todos hemos hecho un uso extensivo de las tecnologías que posibilitaban la telepresencia y todos hemos sacado partido de Internet como market place. La pandemia pasará, pero los hábitos adquiridos con ella – probablemente – permanezcan. ¿Quién quiere desplazarse a la ventanilla de una administración local a realizar una aportación documental?, ¿Quién se recorre las zonas comerciales buscando un producto que ya ha visto y comparado en distintos portales? Una vez escuché a un empresario señalar que en las ciudades sólo quedarían locales de ocio. De esto hace ya tiempo. Hoy creo que estaba siendo bastante visionario.”

Marco Arévalo recomienda a las empresas a que automaticen sus negocios ya que es una cuestión de supervivencia en el mercado: “la automatización aporta incrementos en productividad que hacen más rentables a las empresas y que les da margen para desarrollar nuevas innovaciones y mejorar su posicionamiento en el mercado. Los clientes se benefician – aprecian el beneficio – de la automatización”, dice.

En cuanto a la implementación de los procesos de automatización en diferentes sectores, a Marco le cuesta encontrar algún sector donde la aplicación de automatismos no suponga alguna ventaja: “precisamente, la historia de la humanidad puede leerse en clave de introducción de mecanismos para hacer más fácil, más cómodo, más rápido y más eficiente el trabajo. El molino es un buen ejemplo de automatismo”, señala.

Según Marco, tal vez el espacio menos adecuado para la automatización sea el propio de la creación artística, básicamente por lo que tiene de singular el arte: “pero éste, que está en la cúspide de las expresiones humanas, bebe sus fuentes de multitud de automatismos que hacen posible que el cantero obtenga el mármol, el químico las tinturas y el lienzo, las fibras… El creador es el usuario final de todos esos automatismos para su arte”, señala. “Quizá el único espacio donde no encuentro lugar a la automatización es en la propia disciplina del pensar. Pero los avances en la aplicación de RPA se mueven hacia una forma de razonamiento en las máquinas y los programas que hoy escriben personas – como los cuadros que pintan o las poesías – acabarán en el dominio de la técnica… aunque quizá ya no pueda llamarse arte.”

Como conclusión, Marco opina que conviene repensarlo todo, que dejamos atrás los sistemas deterministas y que os nuevos sistemas conllevan incertidumbre: “sus decisiones se parecerán cada vez más a las nuestras. Las máquinas se están separando un poco de los humanos. Las herramientas dejan de ser extensiones de nuestra corporalidad. Conviene pensar en ello y hacerlo desde una perspectiva ética. No es el trabajo lo que está en juego. Se abren las puertas a otra forma de organización social. Al respecto un último apunte: la Transformación Digital empezó el siglo pasado, con el inicio de la era atómica. No es un invento ni una idea nueva.”

“El problema es que no podemos decir no al futuro. Está ahí y pasa por el portal IA.” Marco Arévalo

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