De camino a los Altos de Barahona, aún en la Serranía de Atienza, se encuentra este singular enclave, que por ser discreto en su emplazamiento puede pasar desapercibido. Pero su especial localización no está reñida con la importancia de este espacio húmedo para la biodiversidad en la Sierra Norte de Guadalajara. ADEL Sierra Norte divulga los tesoros naturales y monumentales de la comarca, solicitando para ellos el máximo respeto y cuidado
Localizada entre los kilómetros 94 y 95 de la M-101, el carrizo que circunda este humedal hace intuir la laguna al paso por esta. Se sitúa en el término municipal de Paredes de Sigüenza, a unos 1.000 metros sobre el nivel del mar. Tiene forma triangular y unas 10 hectáreas de superficie, en un fondo de valle alimentado por una modesta corriente de agua, que más tarde conformará con otros aportes fluviales, el río Salado.
Ésta es la única laguna con vegetación palustre que se puede encontrar en un entorno complejo y variado paisajísticamente, como es el de la Sierra Norte de Guadalajara. Esta circunstancia le otorga un valor especial y hace que sea merecedora de tener una digna protección.
La Laguna de Madrigal goza de una doble protección, de una parte autonómica, ya que está incluida en la red de espacios protegidos de la Junta de Castilla la Mancha mediante la figura de microrreserva de los “Saladares de la Cuenca del río Salado”. A nivel internacional la figura que la protege es la del LIC (Lugar de Interés Comunitario) con la denominación de “Valle y Salinas del Salado”.
Diversas razones justifican la conservación de este humedal. Su especial localización y la singularidad del paisaje hacen de este humedal un espacio inigualable. Aunque no se debe olvidar la importancia que tienen los elementos de flora y fauna que alberga.
Una lámina de agua rodeada de vegetación palustre con plantas como el carrizo (Phragmites sp.) que rodea la laguna y otras acuáticas como Zannichellia pedunculata y Ranunculus trichophyllus, hace que se den unas condiciones óptimas para la laguna se convierta en un espacio ideal para satisfacer las necesidades de muchas especies de aves. No resulta raro observar también algunos mamíferos como el corzo (Capreolus capreolus) y el jabalí (Sus scrofa) visitando la laguna.
Pero las grandes protagonistas son las aves acuáticas. No hay otro espacio de esta naturaleza en toda la Sierra Norte, y por esta razón solo aquí se pueden observar especies reproductoras como la garza real (Ardea cinerea), siendo uno de los escasos lugares de nidificación para esta especie en el centro peninsular.
La familia de las anátidas o los “patos” tiene una buena representación, encontrando especies como el frecuente ánade azulón (Anas platyrhynchos), y otros menos habituales como el cuchara europeo (Anas clypeata) o la cerceta común (Anas crecca).
El aguilucho lagunero occidental (Circus aeruginosus), con algunas parejas reproductoras, es el representante de las aves rapaces en la laguna, protagonizando el papel de depredador en lo más alto del nivel trófico del ecosistema.
La laguna representa para estas y otras aves de menor tamaño un enclave fundamental para la cría, invernada y el descanso necesario en sus rutas migratorias.
ADEL Sierra Norte divulga los tesoros naturales y monumentales de la comarca, solicitando para ellos el máximo respeto y cuidado. El disfrute de la laguna y de sus valores, como parte importante del patrimonio natural, es un derecho de todos los ciudadanos. Pero no está reñido con la responsabilidad y respeto hacia los seres vivos y la obligación de preservar estos valores para futuras generaciones.