Los atractivos de Cataluña son muchos, y se podría etsar hablando durante mucho tiempo de ello. Las maravillosas playas de la Costa Brava, la cosmopolita ciudad de Barcelona, las joyas modernistas, castillos asombrosos, el Parque Nacional de Aigüestortes y el Estany de Sant Maurici y por supuesto, se debe mencionar sus bellos pueblos, entre los que destacan Besalú, Castellfollit de la Roca y Peratallada, una localidad española situada en la provincia de Girona que pertenece al municipio de Forallac, Baix Empordà.
Declarado Conjunto Histórico-Artístico y Bien de Interés Nacional, el pueblo es uno de los núcleos de arquitectura medieval más importantes y mejor conservados de España. A continuación se va a detallar algunos de las características principales de este increíble y pequeño pubelo.
Un pueblo de gran belleza
Como se puede comprobar, Peratallada es un pueblo de gran belleza. Uno de sus grandes atractivos es que conserva su aspecto medieval, pudiendo encontrar aquí calles estrechas y tortuosas. La primera constancia por escrito que se tiene de este pueblo data del siglo X. Se trata de documentos que hacen referencia al Castillo de Peratallada, alrededor del cual fue creciendo la población.
El Castillo de Peratallada
Son muchos los rincones de esta villa medieval que merece la pena conocer, pero por encima de todos destaca el Castillo de Peratallada, que data del siglo XI. Sin embargo, parece ser que en este lugar ya había habido una fortaleza anteriormente. Este núcleo fortificado se encuentra arriba de una roca natural. Eso sí, es importante tener en cuenta que para incrementar el desnivel respecto al suelo, se cortó la roca de manera vertical, como si se tratara de una pared. Del castillo se conservan las torres del homenaje y el palacio, que está orientado a levante. Además, se pueden observar restos de almenas. Eso sí, la seña de identidad del pueblo es la Torre del Homenaje, de planta rectangular, que está coronada por almenas cuadradas.
Otros puntos de interés
Más allá del castillo, Peratallada esconde otros rincones de interés como, por ejemplo, el portal de la Virgen, que es el único tramo de las murallas que rodeaban la villa que ha llegado a nuestros días en buen estado. En este sentido, es importante tener en cuenta que ésta fue una de las poblaciones catalanas más bien fortificadas. También debemos destacar la iglesia de Sant Esteve, una construcción románica que data del siglo XIII. Además, debes saber que en sus estrechas calles todavía se puede encontrar un interesante conjunto de arquitectura popular. De hecho, todavía se conservan viviendas características del siglo XVI. Se trata de casas que se caracterizan por tener dos plantas: la primera, con bóvedas recubiertas de piedra, se destina al almacenaje y a las bodegas, mientras que las segundas están dedicadas al habitáculo. Algunas también cuentan con otro piso a modo de buhardilla o granero. Además, suelen disponer de un patio en la parte trasera.
Gastronomía
Por último: su gastronomía. Otro de los grandes atractivos de esta localidad es su comida y su manera de cocinar. De hecho, se debe saber que en las callejuelas de su núcleo histórico se puede encontrar numerosos restaurantes que vale la pena visitar. Si no se quiere arriesgar demasiado, se puedes dejarte guiar por TripAdvisor, que recomienda restaurantes como Candelaria, Hotel Restaurant La Riera, L’Arc Vell, Can Bonay y El Borinot.
El contenido de este comunicado fue publicado originalmente en la página web de Vuela Viajes