Normalmente estamos acostumbrados a ver la energía solar para el uso doméstico o industrial. Por ello, cada vez que escuchamos este término lo asociamos rápidamente a la instalación de paneles solares en hogares, edificios públicos u oficinas. No obstante, aunque esto sea cierto, la energía solar tiene muchos más usos, como por ejemplo potabilizar agua.
Normalmente estamos acostumbrados a ver la energía solar para el uso doméstico o industrial. Por ello, cada vez que escuchamos este término lo asociamos rápidamente a la instalación de paneles solares en hogares, edificios públicos u oficinas. No obstante, aunque esto sea cierto, la energía solar tiene muchos más usos, como por ejemplo potabilizar agua.
De esta forma, una empresa europea ha distribuido un aparato conocido como WADI (Water Disinfection), basado en el proceso homónimo que ayuda a eliminar virus, bacterias y parásitos del agua para que pueda ser ingerida mediante la exposición del agua en una botella transparente a los rayos del sol. Así pues, en pocas horas permite que agua infectada sea potable.
El método SODIS (Solar Water Disinfection) fue descubierto en 1984 por el profesor Aftim Acra de la Universidad Americana de Beirut (Líbano). Pero fue durante los años 90 cuando comenzó a extenderse gracias a la labor comunicativa del Instituto Federal Suizo de Ciencia y Tecnología Acuática y del Centro de Aguas y Saneamiento Ambiental de la Universidad Mayor San Simón de Cochabamba (Bolivia). Debido a sus proyectos para divulgar este conocimiento, mediante la demostración presencial en entornos rurales y urbanos se consiguió el interés y la aceptación de este proceso.
Tanto es así que en Latinoamérica se ha creado una fundación que lleva por nombre SODIS y se encarga de hacer llegar este conocimiento a muchos lugares remotos y con pocos recursos. Asimismo, el proceso SODIS se está extendiendo por otros lugares desfavorecidos, como India, Kenia o Ghana, donde los casos de muerte debido a la ingesta de agua contaminada suponen un alto porcentaje del total de fallecimientos al año.
Este método cuenta con el visto bueno de la OMS, así pues se puede confiar en que es un sistema seguro para desinfectar el agua, mediante la eliminación bacterias y otros microorganismos perjudiciales para el consumo de personas y animales. De esta forma, lo que haría falta es luz solar y una botella transparente que permita el paso de la luz. De esta forma, se evitarían unos 2,2 millones de muertes en todo el planeta.
Además, se están desarrollando proyectos que tienen por fin crear sistemas que avisen cuando se puede consumir el agua después de la exposición solar. En este sentido, en Austria se ha desarrollado WADI, un dispositivo que indica con un Smile (la cara sonriente amarilla) cuando el agua está lista para beber. Este dispositivo incrementa la seguridad sobre la potabilidad del agua y hace que las personas confíen más en este sistema. Este aparato también funciona con energía solar y sólo hay que enroscarlo en el cuello de la botella transparente. Una vez que se ha introducido el agua a desinfectar. También hay que señalar, que este dispositivo tiene una vida útil de cinco años, y ya ha sido probado en Etiopía y próximamente se hará en Uganda. Así pues, se pretende llevar a un precio solidario este sistema por países asiáticos, africanos y sudamericanos para que miles de familias con pocos recursos pueden beber agua sin tener peligro de contraer enfermedades por contaminación.