Los probióticos ayudan a fortalecer el organismo, tanto de los bebés como de sus padres.
Los bebés son muy sensibles a los cambios y a las condiciones ambientales, además de estar más expuestos a los contagios. Ya sabemos que en el parque, en la guardería o en cualquier lugar donde estén en contacto con otros niños, es fácil que cojan pequeños catarros o molestias intestinales. Por eso, hay que mantenerlos protegidos, tanto a ellos como a las mamás, para evitar la transmisión de virus de unos a otros y así poder disfrutar de todo el tiempo con ellos sin preocupaciones.
Lo más importante es mantener una buena alimentación, procurando que sea lo más sana y equilibrada posible, y que contenga las suficientes proteínas, hidratos, minerales, vitaminas, fibras y grasas. En este aspecto, la lactancia materna es esencial durante los primeros meses de vida ya que contiene todas las defensas que la madre posee y éstas pasan al niño, reforzando su sistema inmunitario y evitando problemas comunes como la otitis, las enfermedades gastrointestinales así como en las vías respiratorias todavía muy inmaduras en muchos niños menores.
Pero, ¿cómo podemos aumentar sus defensas? Sonia Carazo, nutricionista y farmacéutica gerente de Farmacia Provenza 156, explica que “cada vez más, los padres huyen de los medicamentos cuando el niño es pequeño, apostando por los remedios naturales, la homeopatía y la fitoterapia, que proporcionan un aporte extra de nutritivos y no tienen ningún efecto adverso”.
Farmacia Provenza 156 está especializada en medicina natural y dermocosmética, por lo que suelen encontrarse diariamente con consultas relacionadas con la salud del bebé. “Están funcionando muy bien los probióticos, que son microorganismos vivos que permanecen activos en el intestino y actúan de manera beneficiosa en la salud gastrointestinal y en el sistema inmunitario”, afirma Sonia. Éstos, además, también son recomendables cuando, por enfermedades más graves, el niño se ha visto obligado a tomar antibióticos, recuperando el equilibrio de la flora intestinal.
La nutricionista comenta que “ahora hay muchos productos especialmente pensados para niños, más suaves que los de adulto y que refuerzan aquellos aspectos más necesarios de los pequeños, por ejemplo el Probit Kits de Venpharma, también disponible en versión adultos para los papás”.
Hábitos de vida saludable
A pesar de sus virtudes, los probióticos sólo deben funcionar como complemento de unos hábitos de vida saludable para el pequeño, entre los que destacan: las vacunas, el descanso, evitar los lugares cerrados, una buena higiene, ejercicio (saltar, correr, gatear, pedalear…) y, concluye Sonia Carazo, “darle muchísimo amor al bebé. Las sonrisas y caricias harán que crezca feliz y sano”.