El Mercado Alternativo Bursàtil (MAB) puede convertirse en una herramienta clave para financiar el desarrollo de la biotecnología en España. Pero para extraer todo su potencial es imprescindible incentivar la participación de los inversores mediante me
El sector biotecnológico está considerado un sector acíclico. Y sigue siéndolo en la actual coyuntura económica, ya que continúa creciendo y creando ocupación. Sin embargo, una de las grandes asignaturas pendientes sigue siendo la financiación.
Cualquier iniciativa en este sentido es buena. Y, en el caso del MAB, éste se perfila, sin duda, como una herramienta clave de futuro. Por varias razones, pero sobre todo porque es un mercado específicamente diseñado para empresas en expansión, como es el caso de las biotecnológicas. Pero para que el MAB sea realmente estratégico y clave, se precisan medidas fiscales que fomenten las inversiones en este mercado.
“Está claro que si necesitamos un cambio de modelo productivo, debemos fomentar la inversión en las nuevas empresas con medidas legales y fiscales realmente ventajosas. Además, la Administración debe asumir riesgos, no puede ir a riesgo cero. Sólo tenemos que recordar el efecto en nuestra historia fiscal de la deducción por adquisición de vivienda o la rentabilidad financiera/fiscal de determinadas inversiones. Son acciones que centran la atención en un sector o actividad y lo hacen crecer”, explica Antonio Parente, presidente de CatalonaBio en el marco del encuentro ‘El MAB: una alternativa estratégica para la financiación de las empresas biotec’, en el Parc Científic de Barcelona (PCB).
El presidente del MAB, Antoni Giralt, es de la misma opinión. “Lo hemos pedido públicamente y lo hemos visto en otros mercados europeos como el Alternative Investment Market de Gran Bretaña o el Alternext de Francia. Los incentivos fiscales son importantes para el desarrollo de estos mercados, en la medida que son apuestas de futuro y que tienen un cierto riesgo en relación con otras inversiones. Para compensar y ayudar al inversor, el incentivo fiscal es importante”.
CataloniaBio ha mantenido diversas reuniones con representantes del Govern de la Generalitat de Catalunya, con representantes del Gobierno central y diversas fuerzas políticas parlamentarias para presentar diferentes propuestas “que esperamos den pronto sus frutos. Pero esto no es ningún invento, es lo que se ha hecho en países como Inglaterra, Francia y Canadá. Pensamos en una deducción por las inversiones en el MAB mucho más ambiciosa de la que hay actualmente”.
El último paso ha sido la aprobación del Plan Biofarma, en la Asamblea Anual de CataloniaBio, que entre otras cosas consiste en una serie de medidas legales, especialmente fiscales, que la patronal ha acordado como líneas estratégicas.
Un mercado a medida. La experiencia de AB-Biotics
Desde el 20 de julio de este año, AB-Biotics es la única biotecnológica catalana que ya está cotizando en el MAB, una compañía con cuatro áreas de negocio basadas en la investigación, desarrollo, protección y distribución de soluciones biotecnológicas propias y exclusivas. Al cabo de cuatro meses, el balance es muy positivo.
Miquel Àngel Bonachera, consejero delegado, explica que “decidimos repartir nuestro valor garantizando una mínima rentabilidad para el inversor a corto, a medio y a largo plazo, lo cual ha reportado una mayor confianza por parte de los inversores. Es por ello que desde la salida al MAB AB-Biotics se ha revalorizado en cerca de un 26%”. También señala que “cuando nos planteamos la salida, el proyecto llevaba ya 6 años de maduración. Los resultados que estamos obteniendo son los esperados”.
El MAB es un mercado dedicado a empresas de reducida capitalización que buscan expandirse, con una regulación a medida, diseñada específicamente para ellas y unos costes y procesos adaptados a sus características. Y las biotecnológicas se adecuan mucho a este, porque son pequeñas y medianas empresas que se ven obligadas a realizar grandes inversiones para proseguir con su desarrollo. Además, en el MAB no se pide antigüedad para cotizar. Es un mercado alternativo que se presenta como una buena opción, que permite darse a conocer y captar inversores para seguir creciendo.
“Se trata de adaptar el sistema, en lo posible, a unas empresas peculiares por su tamaño y fase de desarrollo, que presentan amplias necesidades de financiación, precisan poner en valor su negocio y mejorar su competitividad con todas las herramientas que un mercado de valores pone a su disposición”, comenta Giralt.
Esta flexibilidad implica adaptar todos los procedimientos existentes para que estas empresas puedan cotizar en un mercado pero sin renunciar a un adecuado nivel de transparencia. Para ello se ha introducido una figura novedosa, el “asesor registrado”, cuya misión es ayudar a las empresas a que cumplan los requisitos de información.
“Las compañías también contarán con un ‘proveedor de liquidez’ o un intermediario que les ayude a buscar la contrapartida necesaria para que la formación del precio de sus acciones sea lo más eficiente posible, al tiempo que facilita su liquidez. Y también intervienen otros agentes, como los asesores externos, los abogados, el banco de inversiones,…”, explica Rocío Fernández, socia del Mercado de Capitales PWC.
Aumentar el conocimiento mutuo entre inversores y biotecnológicas
“La actual situación económica influye y hace ser prudente. La percepción del riesgo y las expectativas hacen que las valoraciones sean bajas. Sin embargo, muchas biotec están muy pendientes del MAB y están estudiando el tema, como Advancell o GP Pharm”, según Parente. “Las empresas no deben tener miedo. No deben pensar que salir al MAB es vender la empresa. Lo único que necesitan es una cuenta de explotación, un buen plan de negocio, y un equipo directivo comprometido”.
El MAB puede dar visibilidad, seriedad, solvencia, y difusión de las empresas y del sector en general. Todo ello puede tener un claro efecto positivo tanto para posibles clientes o socios como para del conocimiento de la sociedad en general. De hecho, CataloniaBio ha participado desde el principio en el diseño y creación del MAB porque cree que es una muy buena opción para el crecimiento y consolidación del sector.
Otro punto que cabe tener en cuenta es que el sector biotecnológico es diferente al resto: los tiempos de llegada al mercado son más dilatados, el riesgo es elevado, las inversiones son importantes y, si bien las opciones son las mismas, en la práctica se producen pocas decisiones de inversión, quizás por desconocimiento o porque otros sectores son más fáciles. Por ello, es necesario que en cada segmento de inversores salgan instrumentos especializados, que conozcan el sector y avalen los proyectos.
La Iniciativa Biodossieres y Biofichas de CataloniaBio pretende “hacer biotecnología financiera para financieros no biotecnólogos y para biotecnólogos no financieros. Se trata de poner en contacto al mundo de las finanzas con el mundo de la biotecnología, para establecer un mejor conocimiento mutuo e intentar llegar a protocolos de actuación consensuada que faciliten los análisis i las decisiones de inversiones”.
Para más información, contactar con Sílvia Castells, Grupo Inforpress, Tel. 93 419 06 30, scastells@inforpress.es