La mayor parte del plástico producido (un 55%, equivalente a 4.600 millones de toneladas) se descartó después de utilizarlo terminando, en el mejor de los casos, en un vertedero controlado. En el peor escenario, este plástico ha terminado incorporándose al medio ambiente terrestre (vertederos incontrolados) o al marino, dando lugar a fenómenos tan desafortunados como la Gran Isla de Basura del Océano Pacífico.
Obviamente, una situación como esta es insostenible incluso a corto plazo, lo que está provocando una creciente presión de sociedades ambientalistas y de las propias comunidades sobre los industriales y los agentes reguladores. Esta presión se traducirá, sin duda en una mayor gestión de los plásticos, de acuerdo con una de las estrategias siguientes:
Supresión del uso de plástico en determinadas aplicaciones, sin sustituirlo por ninguna otra materia (por ejemplo, '¿realmente necesitamos que las magdalenas vengan envueltas en fundas de plástico individuales?').
Sustitución del uso de plásticos por otras materias (papel, materiales fácilmente biodegradables, etc.)
Reciclaje de plásticos una vez han concluido su vida útil, para su reutilización. Debe destacarse que la oportunidad de mejora es amplísima en esta área, dado que únicamente 100.000 toneladas de plástico, equivalentes a un 1,2% de la producción total entre 1950 y 2015 se ha reciclado y sigue en uso.
DEKRA ha analizado el posible impacto de cada una de estas estrategias sobre la seguridad de procesos. Aprovechan para recordar aquí que la seguridad de procesos es la disciplina que persigue minimizar el riesgo de accidentes que involucran la liberación no controlada de materias peligrosas o fuentes de energía. Si se tiene en cuenta que una de las principales materias primas para la producción de plásticos es el petróleo, y que en todo el proceso de fabricación se manejan cantidades ingentes de materias inflamables o tóxicas, la implicación de la seguridad de procesos es obvia.
De forma muy simplificada, DEKRA ha estimado que por cada ochocientas treinta toneladas de plástico no consumido se evitará una muerte prematura accidental (incendio, explosión, fuga tóxica, etc.); desde luego, se trata de un argumento adicional de peso para promover la reducción de plásticos. El impacto de las otras dos estrategias es menos claro, dado que todavía existen numerosas incertidumbres acerca, por ejemplo, de los materiales de sustitución y sus procesos de producción, o bien de las tecnologías de reciclaje. En todo caso, lo que está claro es que los nuevos materiales y tecnologías representarán nuevos desafíos para la comunidad de la seguridad de procesos.
Desde luego, DEKRA acompañará estos desarrollos ofreciendo, como viene haciendo desde las últimas décadas, sus laboratorios y el conocimiento de sus expertos para contribuir a minimizar los riesgos de los nuevos productos y tecnologías.
Sobre DEKRA
DEKRA ha estado activa en el campo de la seguridad durante más de 90 años. Fundada en 1925 en Berlín, es hoy una de las organizaciones de expertos líderes en el mundo. DEKRA SE es una filial de DEKRA e.V. y gestiona los negocios de explotación del Grupo. En 2019, DEKRA generó unas ventas totales de más de 3.400 millones de euros y actualmente tiene alrededor de 46.000 empleados en todo el mundo en más de 60 países de los seis continentes. Con servicios expertos calficados e independientes, trabaja para garantizar la seguridad en carretera, en el trabajo y en el hogar. Sus servicios van desde la inspección de vehículos, peritaciones, gestión de vehículos usados, servicios de gestión de siniestros, inspecciones industriales y de construcción, consultoría de seguridad de procesos, pruebas y certificación de productos y sistemas, así como cursos de formación y trabajo temporal.La visión de la compañía en su 100 cumpleaños en 2025 es ser el partner global para un mundo seguro.