Aumenta, después de las vacaciones de Semana Santa, el número de mayores que decide independizarse después de pasar con sus hijos las vacaciones por turnos. Además de provocar fricciones familiares, los cambios constantes de rutinas, las diferencias de horarios, incluso a la hora de planificar el tiempo de ocio, desencadenan situaciones de ansiedad y estrés. Una situación que afecta directamente a cada uno de los implicados, pero que, además, en el caso de los mayores les hace sentirse culpables