Las materias primas son la espina dorsal de la industria de la UE. En la UE, al menos 30 millones de puestos de trabajo dependen del acceso a las mismas. Sin embargo, nos enfrentamos a una demanda creciente de minerales y metales sin transformar y, paralelamente, a importantes retos para el suministro de algunas materias primas, entre los que cabe citar la volatilidad de los precios y las distorsiones del mercado.