La compañía líder en prevención de riesgos laborales y cuidado de la salud emocional propone aprovechar las vacaciones para reducir el uso de pantallas y reconectar con el bienestar a través de pequeños cambios diarios
En un entorno dominado por la hiperconectividad, donde las notificaciones marcan el ritmo del día y las pausas se llenan con el scroll infinito, la necesidad de una desconexión real cobra especial sentido, sobre todo durante el verano. Desde Quirón Prevención proponen una hoja de ruta hacia el bienestar: apostar por el détox digital como herramienta para recuperar el control, la atención y el descanso.
El verano ofrece una oportunidad privilegiada para poner freno a la sobreexposición digital. Aunque los dispositivos electrónicos han demostrado ser aliados útiles en múltiples aspectos de la vida personal y profesional, su uso excesivo puede alterar el equilibrio emocional, generar fatiga mental e incluso interferir en la calidad del descanso. Por ello, reducir el uso de pantallas no implica prescindir totalmente de la tecnología, sino aprender a utilizarla de forma más consciente y limitada.
Desde el equipo de Psicología de la compañía líder en prevención de riesgos laborales y cuidado de la salud emocional, recuerdan que las vacaciones pueden convertirse en un terreno fértil para esta reconexión con lo esencial. Sin reuniones, correos urgentes ni agendas marcadas, existe margen para dejar el móvil a un lado y recuperar actividades que invitan a mirar hacia dentro: desde el paseo pausado hasta una conversación sin interrupciones.
Los especialistas advierten que, en muchos casos, las pantallas funcionan como un estímulo permanente, hasta el punto de que el silencio puede resultar incómodo. De ahí que sea necesario aprender a tolerarlo. Iniciar este proceso de desconexión digital es, en realidad, emprender un camino hacia uno mismo. Y como todo proceso de transformación, requiere paciencia y constancia.
Quirón Prevención también subraya que el bienestar emocional no se alcanza a través de grandes decisiones repentinas, sino con pequeños cambios sostenidos en el tiempo. La clave reside en identificar qué momentos del día pueden liberarse de pantallas, y protegerlos. Y hacerlo sin culpa, sin exigencias inalcanzables, comprendiendo que no se trata de eliminar la tecnología, sino de integrarla de manera saludable.
Seis ideas para empezar el cambio En este sentido, Quirón Prevención destaca en un segundo artículo seis ideas prácticas para incorporar la desconexión digital al día a día, aplicables tanto en verano como en cualquier época del año. Todas ellas parten de la premisa de que una mejor salud emocional requiere recuperar espacios libres de pantallas.
La primera propuesta pasa por recuperar actividades cotidianas sin dispositivos: salir a caminar, cocinar, leer un libro o simplemente observar lo de alrededor sin estar pendientes del teléfono. El contacto con el entorno, incluso en lo cotidiano, contribuye a reducir la sensación de aceleración y sobrecarga. "Puedes empezar por bajar a por el pan sin móvil o comer y tomar café sin estar conectado a las tecnologías.", recomiendan.
Otra sugerencia útil es utilizar el modo avión o desactivar notificaciones durante ciertos tramos del día. Así se reduce la presión de estar disponible en todo momento. También se propone dejar los dispositivos fuera del dormitorio para asegurar un sueño más reparador y limitar el uso de pantallas en las horas previas al descanso nocturno.
Establecer horarios sin tecnología, como durante las comidas, permite reforzar la presencia plena en el momento. Al mismo tiempo, se recomienda dedicar tiempo a conversaciones cara a cara, que ayudan a mantener vínculos reales, más profundos y menos filtrados por lo digital.
Finalmente, la última idea remite a un principio básico del autocuidado emocional: ser flexible, tolerar las recaídas y entender que el proceso es gradual. Exigirse una desconexión total desde el primer momento solo genera frustración. En cambio, valorar los pequeños logros y respetar el ritmo personal facilita un cambio más duradero.
"Lo importante es plantearse el détox digital como una oportunidad para acercarse cada vez más a la persona que queremos ser", concluyen desde el equipo de Psicología.